miércoles, 29 de mayo de 2013

Felix Mendelssohn-Bartholdy: Sinfonía nº 2 en si bemol mayor, op. 52 "Canto de alabanza"

Soile Isokoski, soprano
Kristine Jepson, soprano
Christian Elsner, tenor
Orquesta Filarmónica y Coro de La Scala
Riccardo Chailly, director

 
1. Maestoso con moto-Allegro
2. Allegretto un poco agitato
3. Adagio religioso
4. Alles was Odem hat, lobe den Herrn
5. Saget es, die ihr erlöst seid
6. Er zählet unsre Tränen
7. Sagt es, die ihr erlöset seid
8. Ich harrete des Herrn
9. Stricke des Todes hatten uns umfangen
10. Die Nacht ist vergangen
11. Nun danket alle Gott
12. Drum sing ich mit meinem Liede
13. Ihr Völker! bringet her dem Herrn

En el año 1840 Felix Mendelssohn-Bartholdy (1809-1847) estrenó dos obras para celebrar el 400 aniversario de la invención de la imprenta: La poco conocida Festgesang "Gutenberg Cantata", para coro de hombres y doble conjunto de metal y percusión, y su segunda sinfonía llamada Lobgesang ("Canto de alabanza"). Esta última fue escrita entre 1838 y 1840 y, a pesar de haber sido compuesta después de sus cuarta y quinta sinfonías, está catalogada como segunda debido a las posteriores revisiones que recibieron las otras sinfonías a la hora de editarlas.
Las palabras del propio compositor para describirla fueron: «Una Sinfonía-Cantata sobre textos de la Sagrada Biblia, para solistas, coro y orquesta». La obra se estrenó el 24 de junio de 1840 a la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, la misma donde Johann Sebastian Bach estrenó su Pasión según San Mateo en 1727. El estreno fue dirigido por el mismo Mendelssohn que contó con una enorme formación de 500 intérpretes, entre cantantes y músicos, y obtuvo un éxito rotundo.

La estructura que sigue es similar a la de la Novena Sinfonía de Beethoven, estrenada unos años antes (1824), con una parte sinfónica seguida de una de coral. Beethoven otorga a su obra un carácter claramente sinfónico, a pesar del coral final. Por otro lado, la sinfonía está impregnada de un carácter profundamente religioso, que se acerca mucho al del oratorio y en el que hay una importante influencia del coral luterano.

La parte orquestal inicial, que representa algo más de un tercio de la obra, da paso a nueve movimientos vocales en los que alternan las intervenciones del coro con las de los solistas. Los textos de estos movimientos corresponden la mayoría a extractos de varios salmos representativos de la liturgia evangélica alemana en la que los textos bíblicos son una parte fundamental y que la invención de la imprenta ayudó a difundir (la conocida Biblia de Gutenberg).

La Sinfonía Lobgesang es una obra majestuosa, por su duración -muy superior a las otras sinfonías del autor-, por el tema que trata y por la propia música, que contribuye al desarrollo de la orquesta y que se enmarca dentro de la gran tradición germánica que va desde Bach, Händel, Mozart, Beethoven y Schubert y que después continúa con Schumann, Brahms, Wagner, Bruckner y Mahler.

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