jueves, 27 de diciembre de 2012

Johann Sebastian Bach: Chacona de la Partita para violín nº 2 en Re menor BWV 1004


Nathan Milstein, violín
Berwaldhallen, Stockholm, 17 de julio de 1986
(Último concierto público de Milstein a los 83 años de edad)

“La chacona BWV 1004 es en mi opinión una de las más maravillosas y misteriosas obras de la historia de la música. Adaptando la técnica a un pequeño instrumento, un hombre describe un completo mundo con los pensamientos más profundos y los sentimientos más poderosos. Si yo pudiese imaginarme a mí mismo escribiendo, o incluso concibiendo tal obra, estoy seguro de que la excitación extrema y la tensión emocional me volverían loco.”
(Johannes Brahms)


Bach utiliza una técnica, tanto en sus obras para violín como para violonchelo solo, en la que el instrumento sugiere varias líneas melódicas, apuntando notas que se encuadran en una o en otra de esas líneas. Obviamente, un solo instrumento no puede tocar todas las líneas completas, pero nuestro cerebro se encarga de ir rellenando los huecos para que dé la impresión de que todas están completas. Algo al alcance sólo de un genio como el de Bach.

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