miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tomás Luis de Victoria: "Ave, Maria"


Escolanía de El Escorial
(visita del Papa Benedicto XVI, Basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, 19 de agosto de 2011)


Victoria es el máximo representante del Renacimiento español. Nace en Ávila seguramente en 1548 y comienza su vida musical como niño del coro de la Catedral de Ávila. Se traslada a Roma hacia 1565 para sus estudios eclesiásticos y es acogido en el Collegium Germanicum de los jesuitas, donde coincide con dos hijos de Palestrina. Después abandona dicha institución para ingresar como cantor y organista de Santa Maria de Monserrato en Roma y vuelve al Collegium Germanicum en 1571 como profesor de canto llano. En 1571 sustituye a Palestrina como maestro de capilla del Seminario Romano. Publica en Venecia su primer libro de motetes (1572), ss ordenado sacerdote en 1575 y en 1576 se afilia a la Comunidad de San Felipe Neri, ejerciendo como capellán en dos iglesias romanas y publicando diversas obras.
Regresa a España en 1585 (probablemente), donde en 1587 consta que es capellán personal de la emperatriz María de Austria. Quizá fue también capellán y maestro de coro del convento de las Clarisas Descalzas en Madrid. Reedita los motetes y vuelve a Roma en 1593, donde asiste a los funerales de Palestrina el año siguiente. Vuelve definitivamente a España en 1595 como capellán de las Descalzas Reales y muere el 27 de agosto de 1611.

“Ave, Maria” a cuatro voces
Según todos los indicios, esta obra que figura en el repertorio de prácticamente todos los coros, parece ser una obra apócrifa, como se deriva de estos datos:
· No figura en ninguna de las ediciones impresas
· Pedrell la incluyó el en su edición sólo porque había aparecido en una importante antología de XIX, a cargo del musicólogo Karl Proske, donde figura esta obra por vez primera. 
· Hay una teoría que sostiene que Proske en su recopilación de “Musica divina“ dejó para el último volumen algunas obras de autores desconocidos y que un discípulo suyo que completó la edición tras la muerte de Proske, atribuyó a Victoria este “Ave Maria”. 
· Hay quien opina que en realidad se trata de una composición del mismo Proske. Otros expertos apuntan las diferencias estéticas entre esta obra y el resto de la obra polifónica del abulense. Por ejemplo, la repetición de la frase “Sancta Maria, mater Dei” es más propia de una estética barroca que renacentista.
Por último, otros destacan que habiendo publicado el propio Victoria prácticamente su obra completa mientras vivía, con reediciones numerosas y muy cuidadas, no conste ninguna referencia a la misma hasta el siglo XIX, salvo que se trate de obras menores despreciadas por el autor.

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